El DILEMA QUE ENFRENTA LA HUMANIDAD EN ESTE MOMENTO

La humanidad se enfrenta a un dilema de grandes proporciones hoy  y probablemente no sea lo que piensan que es. Lo que está sucediendo a nivel mundial en este momento es que lo divino llama a la humanidad a despertar de una ilusión con la que hemos estado viviendo históricamente, de que estamos separados de él. Estamos en medio del “Despertar” y el proceso de despertarse es uno donde lo divino en nuestro interior nos pregunta si puede volver a casa a nuestro corazón y (gran sorpresa) instalarse — ¡para quedarse! La pregunta es, ¿estamos dispuestos a dejar que (el amor incondicional) divino se instale en nuestras vidas? Antes de responder, piensen en esto: Somos seres divinos de conciencia increíblemente magníficos que son capaces de hacer magia en nuestras vidas si tan sólo pudiéramos aceptar esto completamente sobre nosotros mismos. ¡Esto significa que el amor incondicional es nuestro estado natural de ser!
Ahora, cuando digo que somos divinos, estoy hablando en nuestra esencia. Por supuesto, la personalidad humana que somos no es LO divino infinito. Sin embargo, una conciencia divina, llamada alma, vive en lo profundo de cada uno de nosotros, y esto es quien realmente somos. Sólo que no lo hemos sabido o creído y es por eso que no hemos sido capaces de vivir como seres divinos.  Como resultado, todos ya hemos dado permiso a nivel de alma de que lo divino empiece a instalarse en nuestras vidas personales; y una vez que se autorizó, una nueva energía nació en la cual la energía ya no funciona como solía hacerlo. El modelo de empuje/tirón de la dualidad que nos catapultó a la era moderna ya no funciona.
Lo que el proceso de Despertar implica es que todas las ilusiones que todos hemos construido dentro de nosotros (y a las que ahora obstinadamente nos aferramos),  en particular las que nos mantienen convencidos de que estamos separados de lo divino y,  por lo tanto, incapaces de amar como lo divino (incondicionalmente), que también sirven como justificación para permanecer condicional en nuestro amor, poco a poco van siendo cuestionadas a nivel básico con cada uno de nosotros. Éstas y otras ilusiones, de hecho, empiezan a desmoronarse. Nuestra percepción de las finanzas, el gobierno, los negocios, e incluso la religión—todo lo que alguna vez pensamos sobre éstas instituciones — ahora están siendo cuestionadas dentro de nosotros a nivel de alma. Esa parte nuestra está haciendo algunas preguntas importantes como, “¿Y a todo esto, quién soy? y ¿Qué me está pasando?”
La respuesta a estas preguntas se puede encontrar en el proceso del Despertar mismo y he aquí cómo funciona el proceso. Cada uno de nosotros ha acumulado una enorme cantidad de “aspectos emocionales” que hemos alejado pero a los cuales estamos atados energéticamente porque somos su creador. Tal vez cuando eran niños los atormentaron mucho, por lo que se sintieron aislados y solos. O tal vez cuando querían expresarse en su casa sus padres les dijeron que se callaran. Independientemente de cómo se  desencadenaron, ustedes experimentaron emociones que eran demasiado doloras para encargarse de ellas en el momento.
En ese momento ustedes no sabían que tenían acceso a un ser compasivo y amoroso que estaba (y aún está) viviendo justo en su interior. De haber sabido que tenían tal amor en su interior, en ese mismo momento podrían haber abrazado el dolor y luego liberarlo permitiéndole que fluyera a través de ustedes sin aferrarse a él, juzgándolo, o con la necesidad de cambiarlo. De esta manera, tal dolor no se hubiera quedado atascado dentro de su sique, pero debido a que no conocían su verdadera identidad (el ser compasivo y amoroso que son), en su lugar crearon éstos aspectos emocionales y luego los alejaron a empujones como no deseados.
Una vez más, sus aspectos emocionales están energéticamente atados a ustedes y debido a que la energía siempre busca resolución, sus aspectos siempre están buscando resolución. Esto significa que siempre van a encontrar su camino de regreso a sus caras porque ustedes son sus padres, por así decirlo. De vez en cuando, cuando las circunstancias similares a las del momento en que crearon un aspecto ocurre en su momento del ahora, un aspecto emocional se da a conocer.  Alguien podría decir algo que los hace montar en cólera y puede que se pregunten de dónde diablos vino eso. Lo que pasa es que estos aspectos están buscando su aceptación y amor — algo que no les dieron, ni siquiera pudieron darles en el momento que los crearon —.
Sin embargo, la reacción típica de la mayoría de las personas a cualquier cosa que los provoca emocionalmente es ya sea confrontar a la persona o situación, o resignarse y aceptarlo, sintiendo que de todos modos no hay nada que puedan hacer al respecto. De cualquier manera, estas respuestas son de una víctima. Incluso si optan por confrontar al otro y logran convencerlos de que desistan, o de que admitan que estaban “equivocados,” si ustedes no han honrado y aceptado sus propias emociones y reconocido que ustedes son su creador,  se quedarán con ustedes. Simplemente se vuelven latentes hasta que surja otra oportunidad en la que puedan volver a salir de su escondite. Esto significa que cualquier cosa que esté fuera de ustedes que las desencadene no es la verdadera razón por la cual ustedes están siendo provocados. Ustedes son la razón.
Algunos de nosotros cargamos aspectos emocionales tan pesados con nosotros que sentimos que lo divino nos odia porque no importa lo que hagamos, situaciones y circunstancias se siguen apareciendo que desencadenan nuestro dolor, y por lo tanto nos siguen como una sombra. Pero lo que tales sentimientos de ira hacia lo divino en realidad representan son la forma en que nos sentimos sobre nosotros mismos, porque cuando decidimos no amar y aceptar todas las experiencias como el creador de ellas, en efecto nos abandonamos, es decir, nuestra naturaleza incondicionalmente amorosa, así como la de ser un creador.
El hecho de que cada uno de nosotros tengamos aspectos emocionales que quieren ser resueltos es la causa de nuestro dilema. El regreso de nuestros aspectos es cada vez mayor dentro de cada uno de nosotros a nivel mundial, por lo que la vida es cada vez más intensa para todos nosotros. Es cada vez más difícil vivir en nuestra propia piel porque los aspectos quieren volver a casa, pero cuando aparecen en nuestra puerta, no estamos realmente en casa para dejarles entrar como hizo el maestro en la historia del Hijo Pródigo (cuando celebró una gran fiesta de bienvenida para su hijo). En cambio, hay un impostar en la casa—otro aspecto que cree que es una víctima—y que siente rechazo por ver a otro aspecto en su puerta. Por lo tanto, los aspectos rara vez vuelven a casa, haciendo que su problema únicamente aumente más. Esto se debe a que nosotros (o debería decir, nuestros aspectos) no le estamos permitiendo al ser divino que somos darles la bienvenida en la puerta.
Cada vez que crean otro aspecto emocional se identifican con él, como si eso fuera quienes son. En otras palabras, su percepción se convierte en su realidad. Una nueva creencia entonces nace.  Entonces, comienzan a moldar su identidad en torno a estas creencias y su historia se convierte en que son una víctima. Poco a poco esto les ha causado sentirse menos capaces de permitir a la plenitud de quien realmente son —amor y compasión infinitos —expresarse, ¡y ese es el dilema!
Mientras tanto, como parte del proceso del Despertar, lo divino en nosotros nos permitirá un atisbo de vez en cuando de nuestra verdadera naturaleza de amor incondicional y compasión, lo cual se siente fantástico. Sin embargo, si bien esto puede sentirse bien, debido a nuestra ilusión de estar separados de lo divino (por lo tanto defectuosos por cierto—otra ilusión a la que nos aferramos), podemos expresar aprecio en el momento, pero nuestra tendencia es a entonces introducirnos inmediatamente en la ilusión de la separación, y por lo tanto de ser una víctima, ya que cualquier creencia que tenemos que dice que estamos separados de lo divino garantiza que también tenemos otra creencia de ser una víctima de las circunstancias de la vida. En otras palabras, justo cuando estamos empezando a experimentar un reencuentro con nuestra alma, nuestros aspectos básicamente se amotinan y se apoderan de la casa.
La única manera en que a lo divino se le permitirá instalarse para quedarse es si hacemos una elección consciente de abrir nuestros corazones y permitir que su amor incondicional se exprese a través de nosotros, comenzando por expresarlo hacia nosotros mismos. Esto es una tarea ardua y nada fácil dado el hecho de que estamos muy apegados a nuestros aspectos. En realidad se han convertido en nuestros amigos para que no nos importe identificarnos con sus problemas, cualesquiera que sean, siempre que se presenten. De esta manera, la mayoría de nosotros en realidad necesita una cierta cantidad de drama en nuestras vidas para sentirnos normales para poderle contar a todos  que sabemos de nuestras luchas. Ello solicita la compasión de otros, lo que refuerza nuestra historia. Esto es bastante normal como parte de la vida en el planeta tierra, pero no permite que nada incondicional se quede. Semejante idea simplemente es demasiado aterradora para los aspectos de víctima.
Sin embargo, lo único que va a hacer que pasemos por los desafíos que enfrentamos, tanto en la actualidad como lo que viene, será si elegimos hacer una elección consciente de rendirnos al amor, y con eso quiero decir, abrir nuestros corazones y aceptar, como el creador, todas esas cosas, personas, circunstancias, y situaciones no deseadas que se presentan. La aceptación de nuestro creadorazgo detiene la resistencia, que a su vez libera la energía para que encuentre su propia resolución natural. De hecho, la razón de que la vida se esté intensificando es precisamente debido a nuestra resistencia a ella. Alejarlo a empujones, tratar de cambiarlo, sólo hace que se fortalezca. Como dije, la dinámica de empuje/tirón ya no funciona. Ahora, cuando le oponen resistencia, la energía empuja de vuelta, y su fuerza puede ser feroz.
El amor incondicional del que hablo probablemente no es lo que piensan que es tampoco. Todos esos pensamientos que albergan que les insisten que son una víctima en necesidad de ser salvados, no provienen de su corazón. Esa es la mente hablando y ustedes no son su mente. Lo divino no habita en su mente. Habita en su corazón, que es también el lugar en el que se da nacimiento a la creatividad. Así que cuando digo amarse incondicionalmente, me refiero a dejar ir los controles que tienen en su vida, incluyendo todos los auto-juicios, los que, debido a que están escuchando a su mente, los tienen reacios a expresar cosas que brotan del corazón.
Por ejemplo, pudiera ser que tengan un potencial creativo en su interior para expresar música, canto, arte, poesía, danza, o cualquier otra cantidad de formas que nosotros los humanos somos capaces de expresar, pero si se han encerrado en un estilo de vida rígido que les dicta ser y actuar únicamente de maneras específicas, es muy probable que dichos impulsos creativos verán la luz del día cuando sientan que los  llaman desde el interior. Sin embargo, estos impulsos son la voz de su alma. Ser incondicional significa ya no optar por escuchar a la mente sino que, optar por honrar a su corazón. Para alguien que siempre ha escuchado “la voz de la razón” como lo impone la mente, dicha idea es simplemente aterradora ya que representa la necesidad de literalmente dejar ir aquello con lo que se ha identificado. Y, sin embargo, esto es precisamente de lo que se trata el proceso del Despertar.
Si realmente queremos ver soluciones a nuestros problemas más apremiantes en nuestro mundo exterior, tarde o temprano vamos a tener que optar por ser incondicional en nuestro amor hacia nosotros mismos, permitiendo que todas las partes creativas de nosotros mismos sean expresadas, así como también honrando y aceptando el creadorazgo de todas nuestras emociones, y sólo entonces podremos realmente amar a otros incondicionalmente. En otras palabras, tenemos que elegir identificarnos con el ser divino que somos hasta acercarnos tanto a él que la ilusión de la separación entre nuestra alma y nosotros se desvanezca. Esto es algo, que al hacerlo, tenemos que ser amables y pacientes con nosotros mismos porque es un concepto totalmente nuevo y sin duda nos llevará algo de tiempo irnos acostumbrando.
Esta es la solución a los desafíos globales que enfrentamos—estar dispuestos a alejarnos de la conciencia de masas y entrar a la conciencia de “Amor Propio”—. Hasta que esto ocurra, los problemas del mundo sólo se volverán mayores  y más intensos. La creación de dicha conciencia hará que sea más fácil para otros elegir lo mismo. Sin embargo hay muy buenas noticas, porque dicha conciencia ya se ha creado y se está expandiendo rápidamente. Muchas personas en todo el mundo ya han tomado la decisión de amarse incondicionalmente. Por lo tanto, para el resto de nosotros es más fácil ahora hacer la misma elección de lo que era hace 2-3 años.
Es mucho más fácil dejar ir algo cuando se dan cuenta de sus ilusiones y reconocen cómo el que se aferren a ellas les impide ser auténticos, que es  también la prolongación de su sufrimiento, y dicha conciencia es lo que está ocurriendo durante el proceso del Despertar. A medida que nos desprendemos de nuestras ilusiones personales, el mundo exterior se hará cargo de sí mismo porque es un reflejo de lo que está pasando en nuestro interior.
La parte amorosa incondicional y divina de cada uno de nosotros está sentada a nuestra puerta pacientemente invitándonos a tomar conciencia de su presencia y dejarla entrar. Esta parte divina de nosotros entiende nuestro dolor y sufrimiento, y el por qué nos resistimos a su compasión. Sin embargo también entiende que no se nos puede meter a la fuerza porque, bueno, eso no sería incondicional, ¿no es así? Tenemos que desearlo. La elección tiene que ser a nivel personal ya que experimentar lo divino tiene que ser una experiencia personal. Es por esta razón que puede parecer como que lo divino se hace el sordo ante nuestras oraciones y peticiones de intervención en nuestro mundo. Y, sin embargo, el sufrimiento tiene una manera de provocar un deseo de mejora, y en última instancia la única mejora que reamente queremos es estar enamorados—de lo divino—lo que significa, con nosotros mismos, porque lo divino es nosotros. Sólo tenemos que optar por identificarnos con ello eligiendo la compasión sobre el odio, hacia nosotros, los demás, e incluso lo divino. El amor está llamando a la puerta. ¿Lo dejarán entrar?
Si se identifican con lo que he compartido en este artículo, los invito a que por favor vuelvan a publicarlo en Facebook, Twitter, o cualquier otra red social que pudieran utilizar.  Añádanle un enlace a su blog —cualquier cosa para difundir el mensaje de que somos mucho más de lo alguna vez hemos conocido ser—. Si lo hacen, en realidad contribuirá a la expansión de la conciencia del nuevo amor, lo que ayudará a intensificar la voluntad de todos para que lo divino se exprese a través de nosotros.
Soy un músico, bailarín, autor, y orador y sin embargo, lo que he escrito aquí sobre los aspectos emocionales es muy querido para mí porque todo lo que compartí en este artículo sobre los aspectos ha sido mi experiencia. Y esto es sólo la punta del iceberg. Porque he tenido que aceptar y traer a casa a tantos de mis propios aspectos, ahora les brindo apoyo a otros que tienen un deseo de sentir un amor más grande por sí mismos y otros pero tienden a ser dominados por sus aspectos.
Por Paul Reinig
http://masteringtheartoftruelove.wordpress.com/2011/12/06/the-dilem...
Traducido por Maribel González – marigo28@gmail.com

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares