¿Por qué se ha creado la crisis? (Imprescindible)
Artículo publicado por Vicenç Navarro en el diario PÚBLICO, 24 de mayo de 2012 El
artículo señala que la manera como se diseñó la estructura de gobierno
del euro tuvo como objetivo asegurar el poder del capital financiero a
costa del bienestar de las clases populares de los países miembros de la
Eurozona, posibilitando un ataque frontal a la Europa Social. Todos
los datos, muestran que las políticas de austeridad, que promueven
recortes del gasto público (incluyendo el gasto público social) y la
reducción de los salarios –la llamada devaluación doméstica- han sido un
fracaso, y han creado un enorme daño a la mayoría de las clases
populares. La pregunta que debemos hacernos es ¿por qué, entonces, si la
evidencia de su fracaso es tan robusta, continúan imponiéndose a las
poblaciones de los países de la Eurozona? Una respuesta podría ser que
los diseñadores de tales políticas son gente incompetente.
Es cierto que hay gran número de
expertos que asesoran a las autoridades que toman las decisiones
conducentes a la aplicación de aquellas políticas de austeridad que son
claramente incompetentes. Las predicciones de recuperación de las
economías de la Eurozona son un ejemplo de ello. Mark Weisbrot, del
Center for Economic and Policy Research (CEPR), ha documentado el
cálculo erróneo de tales predicciones por parte del FMI, del BCE y de la
Comisión Europea, alcanzando, en el caso de Grecia, predicciones
irrisorias, que harían reír si no fuera por las trágicas consecuencias
que conlleva su aplicación (los suicidios en Grecia crecieron un 40% en
un año, según The Lancet). Ahora bien, el problema es mucho mayor que la
incompetencia. Es un problema de fe en un dogma, el dogma neoliberal,
que imbuye tales instituciones y que se reproduce debido a que sirve
intereses muy específicos, intereses de clase (sí, de clase social),
tanto financiera como empresarial, que han diseñado un sistema de
gobernanza de la Eurozona que lleva inevitablemente a estos resultados,
resultados que coinciden con sus objetivos, que no son otros que cambiar
Europa, convirtiendo la Europa social en la Europa liberal. Y para
conseguirlo y vencer las resistencias populares, han creado una gran
recesión, imponiendo tales políticas (imponiendo porque no hay ningún
gobierno que las aplique que tuviera tales políticas en su programa
electoral) con el argumento de que no hay alternativas.
En realidad, tal objetivo aparece
claramente en las declaraciones del Sr. Draghi al Wall Street Journal
(24.02.12), donde afirma que la Europa social está desapareciendo,
refiriéndose a España como un ejemplo de ello. Indica en su entrevista
que en España, con una tasa de desempleo juvenil superior al 50%, ya no
existe protección social universal (el gobierno PP ha anulado la
universalidad del sistema nacional de salud, de manera que las personas
de más de 26 años no tienen garantizada la cobertura sanitaria a no ser
que hayan cotizado a la Seguridad Social). Esto es lo que intentan, y lo
están consiguiendo. Es lo que Noam Chomsky ha llamado la guerra de
clases unidireccional. Los instrumentos para conseguirlo son dos. Uno es
el Pacto de Estabilidad (al cual se añadió el término “Crecimiento”, a
propuesta del gobierno socialista francés del Sr. Jospin, sin que se le
dotara de instrumentos para facilitar tal crecimiento) que fuerza a los
Estados a tener un déficit público por debajo de un 3% del PIB y que
dificulta enormemente la recuperación económica en momentos de recesión,
como está ocurriendo ahora. De ahí que cuando hay una recesión, el
Estado recorta los gastos públicos, incluido el gasto público social, a
fin de reducir el déficit público originado por la bajada de ingresos al
Estado como consecuencia de la recesión.
La recesión es, pues, una manera de
forzar el desmantelamiento de la Europa social (a través de una
reducción de la protección social y de los salarios). En realidad, la
entrada de España al euro (que requería una reducción del déficit del
Estado) se consiguió a base de aumentar el enorme déficit de gasto
público social que España tiene en relación con el resto de países de la
UE-15. Este Pacto de Estabilidad se quiere ahora sustituir por un Pacto
fiscal incluso más restringido, en el que en lugar de un 3% del PIB, el
déficit tendrá que ser prácticamente cero (sí, ha leído bien, cero).
Esto es un ataque frontal a la Europa Social y a la posibilidad de salir
de la recesión. El otro instrumento que se creó para eliminar la Europa
social es el Banco Central Europeo que, en realidad, no es un banco
central. Esta afirmación sorprenderá a mucha gente, pero los hechos así
lo muestran. Un banco central imprime dinero, y con este dinero ayuda al
Estado comprándole deuda pública, manteniendo los intereses de sus
bonos relativamente bajos. Protege así a los Estados frente a la
especulación de los mercados financieros sobre su deuda pública. En
ausencia de tal protección, los mercados financieros (sobre todo los
bancos y las compañías de seguros) especulan con la deuda pública,
creando la percepción de que los Estados tienen problemas para pagar su
deuda, forzándole así a tener intereses altos en sus bonos.
Si hubiera un banco central en cada
país, este banco central imprimiría dinero y compraría deuda pública del
Estado bajando así los intereses de los bonos e impidiendo la
especulación por parte de la banca privada (los llamados mercados
financieros). Pues bien, el Banco Central Europeo no hace esto. Sí que
imprime dinero, pero se lo da (a un interés bajísimo, de un 1%) a los
bancos privados para que compren bonos públicos (a unos intereses mucho
más elevados, un 6% en el caso de los bonos públicos españoles). Es un
enorme negocio para la banca a costa de los Estados. Y ahí está el
problema. Sin un Banco Central que les proteja, los Estados están
totalmente expuestos a la especulación. No son los mercados financieros
el problema, sino la ausencia de un Banco Central, hecho que está
diseñado de esta manera para debilitar a los Estados a fin de que tengan
que reducir su gasto público y su protección social y facilitar la
disminución de los salarios.
Se dice que el Banco Central Europeo
no puede comprar deuda pública. Ello responde a la lógica que acabo de
explicar. Pero hay que saber que el BCE lo hace en bases excepcionales
cuando el Estado está a punto de quebrar y no puede pagar su deuda
pública, como consecuencia de no estar protegido frente a los mercados
financieros. Cuando está a punto de colapsar, interviene entonces,
comprando deuda pública para que baje los intereses de la misma. Con
ello evita que el Estado se colapse y los bancos pudieran estar colgados
con gran cantidad de deuda pública que no pueden recuperar debido al
colapso del Estado. Es como si hubiera una sanguijuela que chupa la
sangre del cuerpo y que, como resultado de ello, la persona estuviera a
punto de morir y le inyectaran sangre para que pudiera continuar
viviendo y así la sanguijuela pudiera continuar chupándole la sangre.
Ahora bien, cuando el BCE compra deuda pública al Estado, le exige como
condición que desmantele su Estado social, es decir, que recorte la
protección social y baje los salarios. Ésta es la realidad que se oculta
a la ciudadanía en los medios. El problema no son los mercados
financieros, como constantemente acentúa gran parte de las izquierdas,
sino el edificio construido para sostener el euro, que deja a los
Estados totalmente vulnerables, lo cual era el objetivo de la avalancha
neoliberal.
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Fuente: http://www.vnavarro.org/?p=7308
[N. de Paco Bello] Este es el mejor Vicenç Navarro que he leído nunca.
No es que D. Vicenç no nos haya dejado grandes reflexiones y documentos
hasta ahora; se trata de que es tan aberrante y grave lo que está
ocurriendo, que hasta los más grandes necesitan integrar su discurso
hasta ser plenamente conscientes de lo que ya sabían, para atreverse a
decir que el Rey va desnudo. Cuando esto definitivamente se produce,
podemos felicitarnos porque sumamos a un aliado de enorme valor. No se
puede ser más claro y más didáctico: estamos en manos de criminales; y
que nadie se escandalice, porque esto que se está llevando a cabo no es
otra cosa sino un auténtico crimen a escala casi mundial, y lo están
cometiendo personas, no “entes”. Gracias, profesor.
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