Rusia se prepara para un ataque militar estadounidense contra Irán
FUENTE http://sleepwalkings.wordpress.com
El Estado Mayor ruso espera una guerra contra Irán este verano, con enormes repercusiones en toda la zona
Rusia
ha emprendido intensos preparativos durante los últimos meses para un
posible ataque militar de Israel y los Estados Unidos contra Irán. Según
informes recientes, el Estado Mayor ruso espera una guerra contra Irán
este verano, con enormes repercusiones no sólo en Oriente Próximo, sino
también en el Cáucaso. Se han actualizado técnicamente las tropas rusas
en el Cáucaso, y una división de misiles situada en el mar Caspio se ha
puesto a punto. Los misiles de crucero de la flotilla del mar Caspio
están ahora situados en la costa de Daguestán.
La única base militar rusa en el Cáucaso Sur, instalada en Armenia,
está también en alerta contra una intervención militar. El otoño pasado,
Rusia envió su portaaviones Kuznetsov al puerto sirio de Tartus tras la
escalada del conflicto en Siria. Los expertos creen que Rusia apoyaría a
Teherán en caso de guerra, al menos en el plano militar y técnico.
En un comentario de abril, el General Leonid Ivashov, Presidente de
la Academia de Ciencias geopolíticas, escribía que “una guerra contra
Irán sería una guerra contra Rusia” y abogaba por una “alianza
político-diplomática” con China e India. Se realizaron operaciones en
todo el Oriente Próximo a fin de desestabilizar la región y proceder
contra China, Rusia y Europa. La guerra contra Irán, escribió Ivashov,
podría “llegar a nuestras fronteras, desestabilizar la situación en el
Cáucaso Norte y debilitar nuestra posición en la región del Caspio”.
Entre las preocupaciones fundamentales de Moscú se encuentran las
consecuencias para el Cáucaso meridional en el caso de una guerra contra
Irán. Armenia es el único aliado del Kremlin en la región, y tiene
estrechos vínculos económicos con Irán, mientras que las vecinas Georgia
y Azerbaiyán mantienen vínculos militares y económicos con los Estados
Unidos e Israel.
El Kremlin teme sobre todo que Azerbaiyán pueda participar en una
alianza militar junto a Israel y los Estados Unidos contra Irán.
Azerbaiyán limita con Irán, Rusia, Armenia y el mar Caspio y, desde
mediados de la década de 1990, ha sido un importante aliado económico y
militar de los Estados Unidos en el sur del Cáucaso, acogiendo varias
bases militares estadounidenses.
Las relaciones entre Irán y Azerbaiyán ya están muy tensas. Teherán
ha acusado repetidamente a Bakú de participar en atentados y actos de
sabotaje, probablemente en colaboración con los agencias de espionaje
israelí y estadounidense. En los últimos años, Azerbaiyán ha duplicado
su gasto militar y, en febrero, firmó un contrato de armas con Israel
por 1.600 millones de dólares que incluía el suministro de aviones
teledirigidos y sistemas de defensa de misiles.
Citando fuentes superiores del Gobierno Obama, a finales de marzo,
Mark Perry declaró a la revista estadounidense Foreign Policy que Bakú
había permitido el acceso de Israel a varias bases aéreas en la frontera
norte de Irán, que podrían usarse para un ataque aéreo contra Teherán.
La revista cita a un alto funcionario del Gobierno: “los israelíes han
comprado un aeropuerto y este aeropuerto es Azerbaiyán”. Perry advertía:
“los estrategas militares deben tener en cuenta ahora un escenario de
guerra, que incluye no sólo en el Golfo Pérsico, sino también el
Cáucaso.”
El Gobierno de Bakú negó inmediatamente el informe, pero el editor
del periódico azerbaiyaní Neue Zeit, Shakir Gablikogly, sugirió que
Azerbaiyán podría verse arrastrado a una guerra contra Irán.
Incluso si Azerbaiyán no fuera el punto de partida para un ataque
israelí contra Irán, existe el peligro de que la guerra produzca una
escalada militar de otros conflictos, como las disputas territoriales
entre Armenia y Azerbaiyán por Nagorno-Karabaj. La región ha sido
independiente desde el final de la guerra civil en 1994, pero el
Gobierno de Bakú, Estados Unidos y el Consejo Europeo insisten en
considerarse como parte de Azerbaiyán. En los dos últimos años, ha
habido repetidos conflictos fronterizos entre Armenia y Azerbaiyán, y
los comentaristas han advertido de que los litigios podrían derivar en
una guerra con Rusia, los Estados Unidos e Irán.
En una reciente entrevista con Rusia Komsomolskaya Pravda, el experto
militar Mikhail Barabanov afirmaba que los conflictos en la región
post-soviética podrían conducir a una intervención militar en Rusia.
Cualquier intervención en la región por parte de Estados Unidos o de
otra potencia de la OTAN podría traer consigo “el riesgo inevitable de
la utilización de armas nucleares”. Rusia tiene el arsenal nuclear más
grande del mundo tras Estados Unidos.
Debido a su importancia geoestratégica, Eurasia se ha convertido en
el epicentro de las rivalidades económicas y políticas, y de los
conflictos militares entre Estados Unidos y Rusia tras el colapso de la
Unión Soviética. Azerbaiyán, Georgia y Armenia constituyen un puente
entre los ricos recursos naturales de Asia Central y el mar Caspio por
una parte, y Europa y el Mar Negro por la otra.
Desde la década de 1990, Estados Unidos ha intentado ganar influencia
en la región a través de alianzas económicas. En 1998, el futuro
Vicepresidente estadounidense Richard Cheney, entonces alto ejecutivo
del gigante de servicios petroleros Halliburton, declaraba: “No recuerdo
la ocasión en que una región obtuviera tan rápidamente esa enorme
importancia estratégica como ha sucedido con el mar Caspio.”
En su libro The Grand Chessboard (El gran tablero de ajedrez) (1998),
Zbigniew Brzezinski, Asesor de seguridad nacional del Presidente Jimmy
Carter, escribía: “una potencia que domine Eurasia controlaría las dos
terceras partes de las regiones más avanzadas y económicamente
productivas del mundo. En Eurasia, hay aproximadamente tres cuartas
partes de los recursos energéticos conocidos en el mundo.”
La importancia central de la región radica en que es zona de paso
para suministros de energía a Europa desde Asia, bordeando Rusia.
Mediante el apoyo a proyectos de gaseoductos alternativos, Washington ha
intentado debilitar los vínculos rusos con Europa, dependiente en gran
medida del gas y petróleo ruso.
Hasta ahora, Georgia es el país clave para el tránsito de los
suministros de gas y petróleo y ha estado en el meollo de los conflictos
en la región. En 2003, “La Revolución rosa” de Georgia fue instigada
por Washington para llevar al poder a Mikhail Saakashvili como
Presidente, a fin de salvaguardar los intereses económicos y
estratégicos estadounidenses en la región. Ello condujo a una
intensificación de las tensiones con Moscú por la supremacía
geoestratégica. La guerra entre Georgia y Rusia en el verano de 2008
representa un paso adelante en la rivalidad entre los dos países, con la
posibilidad de ampliarse a una guerra ruso-estadounidense. Las
relaciones entre Rusia y Georgia siguen siendo muy tensas.
La influencia de Estados Unidos en el Cáucaso y Asia Central ha
disminuido considerablemente en los últimos años. Además de Rusia, China
se ha convertido en una fuerza de peso en el área al establecer
importantes lazos económicos y militares con los Estados de Asia
Central, como Kazajstán. Aunque Rusia y China siguen siendo rivales, han
establecido una alianza estratégica en su competencia con Estados
Unidos. Para Estados Unidos, la guerra contra Irán representa una nueva
etapa en su creciente confrontación con China y Rusia por el control de
los recursos energéticos de Asia Central y Oriente Próximo.
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