Una desahuciada recibe 400 euros al mes de unos noruegos que vieron su caso en la tele

Ayudada por Noruega
Azucena Paredes (29 años) solo pierde su aplomo y se le saltan las lágrimas cuando recuerda cómo su hija mayor, Desiré (4 años), presenció el desahucio de su casa en Hortaleza (Madrid) cuando volvía del colegio el 18 de noviembre de 2011. Ese día, la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) puso de patitas en la calle a esta familia de seis miembros –Azucena, sus tres hijos de uno, 2 y 4 años, la abuela de los pequeños y la bisabuela– en un proceso plagado de "irregularidades".
Mientras Azucena afirma que venía pagando su alquiler y saldando una deuda antigua acumulada por su madre –y para demostrarlo enseña los recibos–, la EMV explicó a este diario que desalojó a la familia tras un "prolongado impago" por el que acumuló "113 recibos" pendientes. Hasta aquí la historia sería una más de entre los miles de desahucios ejecutados en España en 2011. Pero el drama de esta joven ha traspasado fronteras.

Un documental revelador

Una televisión noruega grababa por esos días un documental sobre la crisis española. Alguien les contó que iban a echar a Azucena de su casa. El equipo acudió antes del desahucio para conocer cómo era y vivía la familia. Luego rodaron cómo esta madre 'okupaba' una vivienda contigua para poder dar un techo a sus hijos. Con todo ese material prepararon un reportaje que se emitió en una cadena del país provocando el estupor de la apacible sociedad noruega.
En Noruega nadie se queda sin casa de un día para otro "En diciembre recibimos la ayuda de cinco familias que me enviaron dinero", cuenta Azucena. "La periodista me decía que tenían la centralita colapsada". Pero los Larsen —sus ángeles de la guarda— no se conformaron con hacer una transferencia puntual.
"No sé a qué se dedican ni si tienen o no mucho dinero. Tampoco me parece adecuado preguntárselo las pocas veces que puedo hablar con ellos", cuenta sobre la familia que lleva medio año enviándole 400 euros mensuales para poder dar de comer a sus hijos.
"No podemos hablar mucho porque ellos necesitan que haya alguien que les traduzca español cada vez que me llaman o me mandan un e-mail. No es fácil. Pero la primera vez que contactamos sí me dijeron que me iban a ayudar con el dinero durante todo un año", recuerda. Fueron la abuela Larsen y su nieta las artífices del 'rescate'. Al parecer,  vieron el documental y se conmovieron. "Me han dicho que es cosa de ellas. La niña ya es mayor, tiene 12 años, pero mis hijos le recordaron a sus hermanos pequeños".

En Noruega esto no pasa

Cada vez que llaman "los noruegos", lo que le preguntan a Azucena es cómo están los niños. "No se puede explicar lo que se siente cuando te está ayudando gente que no te conoce, que no es tu familia y no tiene nada que ver contigo", explica. Me han dicho que están impactados porque "estas cosas no pasan en Noruega", relata la joven. "Allí nadie se queda sin casa de un día para otro".
FUENTE 20 MINUTOS

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